Siempre te lo dije. Te lo advertí cada día, probé a susurrártelo y a gritarlo bien fuerte desde dentro de ti. Aún hoy me pregunto si eres tan tonta como para no entenderlo o no lo quisiste entender. Eso ya no importa, el mal ya está hecho y has cavado tu propia tumba en la que consumirte. Y sólo ahora te das cuenta, gilipollas.

     Caíste en la trampa, a pesar de todas las señales de peligro, y ahora te toca afrontarlo. Quisiste jugártela sin prestar atención a las consecuencias. Y ahora, para mayor desfachatez, lloras. Si es que te lo mereces por idiota, puedes llorar hasta quedarte seca por dentro o hasta que te sangren los ojos, a mí ya me da igual. Porque sí, la has cagado, y todo por no escucharme. Si ya sabes que la sensata soy yo... Pero se acabó. Por una vez en tu vida, vas a hacer lo que yo diga punto por punto.

     Te levantarás por las mañanas, irás directa al baño a poner todo tu empeño en parecer de nuevo una persona y, antes de salir de casa, esa falsa sonrisa tuya que te queda tan bien. Vas a bromear, cantar y a decir "te quiero". Vas a dedicarte a los demás y a hacerlos felices, porque tú hace tiempo que dejaste de importar (las muñecas rotas se tiran a la basura), y ya has sido lo suficientemente egoísta. De que llegue la noche puedes llorar cuanto quieras, no vas a dar más pena...

     La has cagado y ahora no te queda más que resignarte, se lo debes a todos aquellos que una vez confiaron en tu palabra y en esas promesas que te hiciste a ti misma. Nos has traicionado a todos, y puede que ellos te perdonen pero yo jamás lo haré. Has traicionado todos esos valores que creamos juntas y has estado a punto de arrasar como un tsunami todo aquello que queremos.

     Lo que has hecho es demasiado grave como para echarse atrás ahora y no pienso permitir que lo hagas. Asume las consecuencias y llora.


15/3/17

Comentarios

Entradas populares de este blog

Al gran amor de mi vida

Mi luz propia

Entrada rápida de desahogo