Entrada rápida de desahogo

     Estoy harta. Más que eso. Me siento frustrada en tantos aspectos... Y joder, todo por mi culpa. ¿Sabéis esos momentos en los que todo os va bien pero os montáis una paranoia absurda y la cagáis? Apuesto a que sí. Pues ahora bien, imaginad que os pasa eso todos y cada uno de vuestros días. ¿Una puta mierda verdad? Bienvenidos a mi vida.
     Tengo esa extraña capacidad, un don para la infelicidad. Soy capaz de arruinar un día perfecto en tan solo dos segundos y alejar todo aquello que me hace feliz con un mensaje de cuatro palabras. Si vosotros no sois capaces, tranquilos, se mejora con la práctica (por mi experiencia).
     Y en el fondo sé el motivo, todo el que me conoce medianamente lo sabe. Me da pánico la felicidad, me pone muy nerviosa ese sentimiento. No estoy hecha para la felicidad. Mi lugar en el mundo es sola en una esquinita llorando, esto es así y lo llevo con salud. A ver, entendedme. No es el hecho de ser feliz lo que me abruma sino que normalmente somos felices a causa de algo o de alguien y, muy probablemente, esto acabará desapareciendo como todo en el mundo. Me da tanto miedo perder mis motivos de felicidad, que los repelo yo antes de pillarles cariño.
     Y ¿sabéis que? Que por mucho que hable de este tema seguirá ahí, y paso de perder mi tiempo y el vuestro. Además tengo sueño. Adiós.


10/10/16

Comentarios

Entradas populares de este blog

Al gran amor de mi vida

Mi luz propia